lunes, 5 de septiembre de 2011

TODOS VAN A LO SUYO. By Kike Caba.

foto: Kike Caba.

TODOS VAN A LO SUYO.

Hoy hablo de las deudas de los clubs con entrenadores. La historia sigue siendo a misma de siempre. Club contrata al entrenador en julio y en ese momento el entrenador es el más bueno del mundo. Todo son parabienes, ilusiones y proyectos, se le encomienda una plantilla más o menos competitiva para ese proyecto y se comienza a trabajar según el mismo. Los problemas comienzan cuando, o bien, ese proyecto se tuerce (para arriba o para abajo) y ya no todo es tan de color de rosa. Los directivos comienzan a perder la paciencia, casi siempre por comentarios de gente de la calle, que suelen hacer más o menos mella en ellos y el que antes era el mejor del mundo para el puesto, empieza a dejar de serlo, hasta el punto de que se le culpa de todos los males del equipo (la tenga o no). Tras esto, suele llegar más pronto que tarde, la destitución del técnico por parte de la cabeza visible del Club (El presidente) y con ella, los problemas. El Club siempre tira para su lado, haciendo una oferta, por lo general, no del agrado del Técnico, que, dolido por su cese como entrenador del equipo (cosa, que jamás, ni mucho menos ha deseado, sino que ha podido ser el cúmulo de un sinfín de situaciones, motivos y adversidades, de las que algunas han podido ser culpa suya, pero casi seguro que no todas). Esto, unido a que el Técnico, sea cual fuere su titulación, debe ser entendido como un profesional honesto en su trabajo, trabajo que realiza de la mejor de las maneras posibles dados los medios de que disponga, desemboca en un despido de su trabajo, amén de que, con ese despido, el Club queda liberado de todos sus demonios y comienza un resurgir soñado por todos y la vuelta de la ilusión a los aficionados en general. Además, el agravante de que ese Técnico despedido de ese Club tiene cerrada la puerta a entrenar durante esa temporada en curso en cualquier otro Club, por lo que, de aceptar una oferta menor por parte del Club en cuanto a lo económico se refiere, pierde poder adquisitivo durante los meses que restan de competición esa temporada. Es por ello que, como Técnico hoy, (quizás mañana esté en otro bando y lo vea de otra manera, puede ser), considero que el Técnico despedido debe ser coherente y honrado consigo mismo y con sus compañeros y darse a valer, valorando su esfuerzo y su trabajo y defendiendo sus intereses, los de su casa y los de su familia, y llegando al mejor acuerdo posible de esta manera, no debiendo confiar en cantos de sirena que se le lancen desde el Club, puesto que si a él no le han pagado lo firmado en el contrato, debe pensar también que, muy posiblemente, su sustituto tampoco llegue a cobrar lo acordado cuando llegue el momento de su posible destitución.

Enrique Caballero.

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