viernes, 27 de septiembre de 2013

LA FORMACIÓN DEL PEQUEÑO JUGADOR. By Kike Caba.

foto: Kike Caba.

La formación del pequeño jugador.

Cada vez más pequeños, cada vez más temprano, no sabemos donde pondremos el límite del inicio del aprendizaje del pequeño jugador de fútbol, pero lo que si sabemos es el cómo enseñar a ese pequeño JUGADOR, que, no olvidemos, es tan solo eso, UN PEQUEÑO JUGADOR. El niño, desde esos tempranos inicios con un balón como compañero, lo que pretende es eso; JUGAR y en ese sentido debemos encaminar nuestros entrenamientos con ellos. Quizás deberíamos cambiar en esas edades la palabra ENTRENAMIENTO por JUEGO, pero JUEGO con mayúsculas.
En ocasiones, la perspectiva del padre y del entrenador de estos pequeños jugadores es similar; pensar en el tema económico, el que: "nos va a quitar de trabajar", o el del ego: "ganar, ganar y ganar, como si nos fuese en ello la vida" para después fardar ante los otros entrenadores con los logros realizados. Si queremos de verdad trabajar por ellos, por los niños, por los pequeños jugadores, hacerlos disfrutar, tenemos que cambiar nuestras miras. Abrir más nuestro campo de visión y mirar hacia el horizonte y no a nuestro ombligo.
Al niño hay que darle una enseñanza, una disciplina, si, pero como a un niño, que al fin y al cabo es lo primero que es, y enseñarlo a jugar, a disfrutar con lo que hace y a ser feliz. Esto lo conseguiremos de un modo muy sencillo: JUGANDO CON ÉL.
Por eso estimo que lo más oportuno es, primero, prepararnos, formarnos nosotros mismos como EDUCADORES, como ENTRENADORES y como JUGADORES, y una vez preparados, entonces lanzarnos a enseñarlos a jugar, a crecer progresivamente, despacio, con una grandísima paciencia para que el niño siempre vea el entrenamiento como un juego y esté siempre presto a ir a jugar con sus amigos.
Gran importancia tiene el dar variedad a esos juegos, sin hacerlos demasiado complicados, extensos en el tiempo ni con demasiadas reglas, y que, en definitiva, el niño se habitúe a ver al balón como a un compañero más dentro de sus juegos. Sentir las sensaciones del niño durante el juego, tomando medida real de la duración del mismo en base a esas sensaciones y no a una temporalización férrea, predeterminada, militar y casi matemática. Si conseguimos esto desde esos inicios, podremos conseguir cada día más y mejores jugadores que un día, no muy lejano, se conviertan en grandes futbolistas.
Juegos reducidos, donde el niño esté en constante contacto con el balón, para que lo domine, lo controle y lo haga una extensión, una prolongación  de su propio cuerpo, esto, y no competir para ganar, es lo que nos dará frutos lo realmente apetecibles que recoger en un futuro, porque... serán frutos que el propio niño recoja.


Kike Caballero.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Si te apetece, comenta el artículo. Nos ayudarás a mejorar.